シャワーを浴びる

Ay, qué rico que mi mozo me lo hace más sabroso que mi esposo.

Y cacho, cacho, cacho, vamos a darle cacho, cacho, cacho,

pero mucho cacho, cacho, cacho, vamos a darle cacho, cacho,

cacho, ay.

Ella estaba con su mozo haciendo su porquería y ella le decía.

Ay, dame duro sin medida porque tú me gustas mucho y siempre me

quitas las ganas y qué sabroso que es quemar a mí.

Quiere que se lo tome, si no pues que lo deje.

A mí no me interesa que el maldito se enlaquece.

A mí lo que me importa es que mi mozo esté bonito para que la

mamita me lo haga sabrosito.

Por eso mi marido me trae un huevo en el cajón,

para que mi mocito viva bien alimentado.

Así que súbase papito, dale como es.

Dale a las cuatro que el cajón llega a las seis.

Así que súbase papito, dale como es.

Dale a las cuatro que el cajón llega a las seis.

Cacho, cacho, cacho, vamos a darle cacho, cacho, cacho,

pero mucho cacho, cacho, dale cacho, cacho, cacho, pero

mucho cacho, cacho, cacho, vamos a darle cacho, cacho, cacho,

ay.

Un día llegando a su trabajo el marido se acordó de algunos

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